El impacto ambiental producido por la industria de la
Construcción a la luz de la Revolución Industrial constituye la deuda aún
pendiente que han de afrontar las sociedades industrializadas con vistas a este
nuevo milenio; lo cierto es que la Revolución Industrial supone un gran cambio
en las técnicas empleadas en la producción de los materiales de construcción,
dado que hasta entonces, los materiales eran naturales, propios de la biosfera,
procedentes del entorno inmediato, de fabricación simple y adaptados a las
condiciones climáticas del territorio donde se llevaba a cabo la edificación. Si
bien es cierto que el procesado de materias primas y la fabricación de los
materiales generan un alto coste energético y medioambiental, no es menos cierto
que la experiencia ha puesto de relieve que no resulta fácil cambiar el actual
sistema de construcción y la utilización irracional de los recursos naturales,
donde las prioridades de reciclaje, reutilización y recuperación de materiales,
brillan por su ausencia frente a la tendencia tradicional de la extracción de
materias naturales. Por ello, se hace necesario reconsiderar esta preocupante
situación de crisis ambiental, buscando la utilización racional de materiales
que cumplan sus funciones sin menoscabo del medio ambiente. Acerca de la construcción sostenible, la
Comisión propone el desarrollo de una metodología común para evaluar la
sostenibilidad global de los edificios y del entorno construido, que incluirá
indicadores de costes durante el ciclo de vida útil; alentando a todos los
Estados miembros a elaborar y poner en práctica un Programa Nacional de
Construcción Sostenible
El ámbito de
aplicación de la Directiva se limita a las «obras en función», por lo que las
reglas y reglamentos sobre productos que no dimanen de las referentes a las
obras en función -ya sean las reglas sobre la composición de los productos de
construcción, las legislaciones que limitan las sustancias en un producto de
construcción o las legislaciones sobre la protección de los trabajadores-
quedan fuera del ámbito de aplicación de la Directiva.
Por último, y por
lo que respecta a la exigencia esencial de «Higiene, salud y medio ambiente»,
se introduce en los mandatos de normalización con dos finalidades:
1) La
armonización. El anexo 2 de los mandatos de normalización debe indicar las
características de las parejas producto-utilización que vayan directamente
asociadas con al menos un requisito esencial a las obras y que se reglamenten
al menos por un Estado miembro. Cumplido este requisito, sus características se
someterán a armonización
2) La
información. El anexo 4 de los mandatos se refiere a un documento generado por
la Comisión -que no adopta posición alguna en este caso- con la colaboración de
los Estados miembros, permitiendo completar la información de los expertos
responsables de la realización de las especificaciones técnicas en las
legislaciones y reglamentaciones existentes en materia de sustancias peligrosas
Lo cierto es que
a pesar de los espectaculares progresos en el conocimiento de los materiales en
los últimos años, el reto de la disciplina de Ciencia e Ingeniería de los
Materiales sigue siendo -por lo que a materiales de construcción se refiere- el
desarrollo de materiales con criterios o parámetros de sostenibilidad
ambiental. Esto es, el empleo de materiales cuyos procesos de extracción y
fabricación o producción supongan un ahorro energético y procedan de recursos
renovables, así como la reutilización y el reciclado de los materiales
existentes, «revolución ambiental aún pendiente en los materiales de
construcción» Asimismo, se establecen los requisitos que deberán cumplir durante un
período de vida económicamente razonable, y son los siguientes:
1. Resistencia
mecánica y estabilidad
2. Seguridad en
caso de incendio
3. Higiene, salud
y medio ambiente
Las obras deberán
proyectarse y construirse de forma que no supongan una amenaza para la higiene
o para la salud de los ocupantes o vecinos, en particular como consecuencia de
las siguientes circunstancias:
·
fugas
de gas tóxico
·
presencia
de partículas o gases peligrosos en el aire
·
emisión
de radiaciones peligrosas
·
contaminación
o envenenamiento del agua o del suelo
·
defectos
de evacuación de aguas residuales, humos y residuos sólidos o líquidos
·
presencia
de humedad en partes de la obra o superficies interiores de la misma
4. Seguridad de
utilización
5. Protección
contra el ruido
6. Ahorro de
energía y aislamiento térmico
Igualmente, se
debe destacar que el efecto producido por los productos de construcción sobre
el medio ambiente representa uno de los aspectos relevantes con vistas a la
armonización de las normas. Los productos no han de desprender contaminantes ni
residuos susceptibles de dispersarse en el medio y de modificar la calidad del
medio, comportando así riesgos para la salud de las personas, animales o
plantas, y comprometiendo el equilibrio de los ecosistemas.
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